La polémica iglesia Satanista que pretende legalizarse en Chile
Ya presentaron oficio para su legalización ante el Ministerio de justicia y derechos humanos.
Al menos una vez por semana se reúnen en un departamento en Las Condes para orar frente a un altar, vestidos de un impecable negro, con candelabros en mano e imágenes de Lucifer en las paredes.
Son un grupo pequeño por el momento compuesto por enfermeras, bomberos, publicistas, entre otros; por otro lado y a través de un live, un grupo al menos de unas veinte personas observa con atención sus reuniones y comenta sus intervenciones.
Se hacen llamar “El Templo de Satanás: Los Satanistas y Luciferinos de Chile” y buscan ser reconocidos como una organización religiosa con personalidad jurídica propia.
Dice querer diferenciarse de otros grupos también llamados Satanistas los cuales dañan profundamente las tradiciones paganas en general. Entre sus postulados esta el no maltrato animal ni los sacrificios humanos.
A través de un reportaje realizado por la radio BioBio, los Satanistas y Luciferinos, dieron a conocer sus motivos para querer ser reconocidos.
Entre ellos se consideran renegados de la Iglesia Católica y están en desacuerdo con el conflicto Palestino - Israeli según se constata en la mencionada noticia.
Por lo tanto a finales de Julio la agrupación presentó su acta constitutiva ante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con el fin de convertirse en la primera organización de esta clase en ser reconocida en América Latina.
Este hecho llamo la atencion del diputado RN Mauro González el cual hizo un llamado al ministro de Justicia, Luis Cordero, a rechazar la solicitud de esta agrupación, señalando que “Chile no puede convertirse en la cuna del satanismo en América Latina”. “En ninguna parte de Latinoamérica lo han podido lograr y Chile no puede ser la excepción. Por eso hemos oficiado para que el Ministerio de Justicia entregue toda la información y desde ya solicitar al gobierno que no puedan abrir las puertas al satanismo”, indicó el parlamentario.
Para el diputado Mauro González, “toda iglesia que se autodenomine como satánica tiene fines que chocan directamente con los parámetros constitucionales, y su inscripción debería ser objetada y rechazada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Los objetivos de una organización que se denomina satánica o adoradora de Lucifer se perciben como contrarios a la moral y al orden público”.
